BarK
BarK es un restaurante pequeño y con mucho encanto, situado en el centro del pueblo, muy cerca de la iglesia y la plaza Sant Pere. Su estilo combina la cocina tradicional con toques creativos, ofreciendo platos como tapas, montaditos, arroz de Pals, patas de cerdo crujientes con pulpo o “eggs in pouch” . Los clientes valoran especialmente su excelente relación calidad-precio, con platos que suelen rondar entre los 6 € y 10 €. Abre todos los días en dos horarios (mediodía y cena) y tiene una terraza muy agradable para disfrutar de las tapas en buena compañía. Es una opción ideal si buscas un sitio acogedor, moderno y donde el sabor y la innovación no estén reñidos con el bolsillo.
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