El Califa es un salón de té, un sisha bar y un restaurante de comida árabe. Es todo en uno. Un lugar dedicado a la cultura oriental que se encuentra en Madrid y que es ideal tanto para disfrutar de una relajada tarde como para tomar una suculenta cena con los sabores más exóticos y deliciosos.
Cuenta con una variada carta con especialidades de la cocina árabe y, además, cuando cae la noche, el salón se convierte en un lugar fascinante gracias a los espectáculos de danza del vientre que se llevan a cabo los viernes y sábados por la noche.
Demasiado "humo". Hemos estado cenando en este restaurante el sábado pasado. Había estado hacía muchos años y decidí volver porque guardaba una buena impresión. Ahora es más un fumadero de cachimbas (aparentemente sin nicotina) que un restaurante y resulta desagradable estar cenando rodeados de humo. La comida no puedo decir que fuera mala, ni tampoco el servicio...pero no vuelvo. Tampoco hubo ningún espectáculo de baile, como anuncian en algún sitio. Un montón de gente fumando y sólo otra mesa de comensales y nosotros. Yo, no vuelvo.
Su valoración:
alain
Típicamente...árabe. En pleno centro de Madrid, en el barrio de las letras, cerquita de la Puerta del Sol, es donde se encuentra El Califa, un restaurante típicamente....¡árabe! Pues sí, es un establecimiento muy acogedor, muy bien decorado y con un exotismo añadido que siempre se ve en este tipo de restaurantes. Sus comidas y sus pipas de agua, con sabores frutales, hacen de El Califa un lugar de obligada visita.
Su valoración:
anaiD
Fábula oriental. Nadie diría que en una callejuela entre Sol y Ópera pudieras encontrar un restaurante árabe tan agradable como este. Su pequeña puerta da paso a varias salas decoradas al más puro estilo oriental donde puedes cenar o tomar un té.
Lo mejor del local es su ambiente cómodo y diferente. Iluminación cálida, espacio colorista, aromas diversos, música de un lejano país que acompaña la conversación sin molestar... El único humo a respirar es el de las pipas de agua; la carta es variada y sorprendente, y el servicio merecedor de propinas.
Además si te animas a mover las caderas, puedes lanzarte durante el espectáculo de danza del vientre. Todo un lujo a precio de fábula.
