El Poble Espanyol de Barcelona es un museo arquitectónico situado en una de las zonas más emblemáticas de la Ciudad Condal y a pocos metros de las Fuentes de Montjuïc.
Se trata de uno de los mayores atractivos de la ciudad por el conjunto único que ofrece arte contemporáneo, arquitectura, artesanía y gastronomía en un entorno seguro y tranquilo. El recinto está integrado por 117 edificios a escala real, que componen un verdadero pueblo ibérico con sus calles, casas, plazas, teatro, escuela, restaurantes y talleres artesanos.
En este espacio se organizan una gran variedad de actividades y talleres pensados para todas las familias. Es un lugar en el que se realizan conciertos, fiestas de la espuma, festivales de cine y un largo etcétera; un espacio cultural en el que tanto padres como niños podrán pasar un rato diferente y entretenido.
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12 comentarios
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asampedro
Representacion de pueblos. En Montjuic, cerca del aereo podemos encontrar el Poble Español, que es una representacion de varios pueblos de España, con los nombres de sus calles, por ejemplo Andalucia, Toledo, Madrid y caracterizadas cada una con el pueblo o la ciudad a la que corresponden.
Es curioso que tambien tenemos alli una fabrica de vidrio soplado, en la que nos enseñan como se trataba este material tan versatil, con su horno, y sus piezas y soplando para hacer distintas formas, y todo hecho a mano...
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quel84
El poble. És tracta d'un poble recreat amb l'arquitectura de tots pobles més importants d'Espanya, te pots trobar les fatxades de cases de diferents pobles i ciutats de Espanya. També inclou nombroses tendes en el seu interior bàsicament d'artesania, i en alguns casos es pot veure com és fabriquen els objectes que després es venen. També hi ha un museu que va canviant les seves obres durant tot l'any.
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Anónimo
Creo que lo podrían explotar más. Un lugar tan encantador y acogedor, tan especial y bonito dentro de Barcelona y ubicado tan espléndidamente debería estar mucho más explotado, más publicitado de lo que está. No hay interés por ir porque no se publicita lo suficiente, y creo que es un lugar emblemático que ofrece cosas realmente interesantes para pasar un día u noche especial. Yo sólo recuerdo haber estado allí un fin de año (horrible) y haber ido muchas veces a sus dos discotecas. ¿Por qué? Porque no me llamó más la atención. Y ahora, recordándolo, pienso: con lo bonito que era, merece una visita pero de las de verdad, no de discoteca. Una pena, muy desaprovechado.
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artemisabcn
Un pueblo en la ciudad. Pasear entre las muras del Poble Espanyol es como ser catapultados atrás en el tiempo y revivir la Barcelona de un tiempo ya lejano. Este rincón del Montujic es un verdadero pueblo con vida propia donde poder ir a pasear, a tomar un aperitivo en uno de los tantos bares, ir de compra entre las mejores tiendas de artesanía u visitar de noche cuando vamos a bailar en la Terrazza.
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Anónimo
España en pequeño. Se trata de una recreación de un pueblo, dividido por zonas según la arquitectura y las costumbres de las distintas zonas de la geografía española...Andalucía, Galicia, Castilla, etc...Es un sitio cuando menos curioso, muy bien cuidado y agradable para pasear por sus calles. Tiene una plaza enorme a modo de plaza del pueblo, que recuerda a las grandes plazas mayores de los pueblos castellanos. Hay mucha artesanía ; desde una fábrica de adornos y objetos de cristal hasta una de chocolates de todo tipo.
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fotogramaclave
Ruta ibérica. La verdad es que es uno de esos sitios a los que me gustaria volver ya que la única vez que fui era para un concierto y entre las colas y la gente no pude ver apenas nada. Se trata de un espacio muy turístico pero agradable tambien para nosotros, ya que recrea sitios típicos de toda España donde tu quizás has estado y te hace gracia volver a sentirte como cuando estabas allí.
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Sodapop
Un pueblecito en la urbe. A lo alto de la montaña de Montjuic prevalece el Poble espanyol. Una recreación de un pueblo típico de Espanya. El lugar tienen mucho de atracción turística, pero esto no quita que tenga especial encanto. De pequeño disfrutaba mucho perdiéndome por sus calles. Todo esta muy cuidado, y da mucho gusto pasear y ver todo el pueblo. Por la noche tiene la vertiente más lúdica-festiva con la apertura de algunas discotecas. Pero por el día se realizan algunas actividades. Muchos recordaran el sitio por la ya mítica escena final de la orgía de la película "El perfume". Yo aún guardo un grato sabor de boca de algún concierto que he visto entre sus paredes.
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Anónimo
Muchos lugares en miniatura. La verdad es que este sitio, a pesar de que es totalmente un reclamo turístico - aunque he de decir que la entrada es mucho más barata que en otros sitios de barcelona y bastante asequible - a mi me gusto porque es como entrar en una mezcla de lugares en pequeño y es como volver a la infancia o por lo menos yo dentro me sentí como una niña. Tú llegas y lo que ves es un muro que rodea y engloba todo y cuando entras y según te vas situando en el mapa que te dan en la entrada te vas dando cuenta de donde estás: andalucia, castilla, pais vasco y cuando llegas a tu tierra no puedes evitar sentirte orgullosa: galicia, es una estupidez pero ves recreado en pequeñito las calles de betanzos y los edificios de santiago y no puedes evitar sentirte orgullosso por el hecho de que alguna manera las demás personas que están allí están viendo algo que tuú puedes ver muy a menudo si quieres.
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USUARIA
Si no lo veo, no lo creo. Sí, sí, parece una mentira más grande que una catedral, pero es cierto, en la enorme ciudad de Barcelona y pese a su "superurbanismo", un publecito se resiste aún, el conocido como pueblo espanyol, situado en la siempre conocida por todos montaña mágica, Montjuïc.
Nada más entrar parece que te hayan teletransportado, que aparezcas en otro sitio que no tiene nada que ver al que estabas: la ciudad. Es tan bonito y delicado que es cruel pensar que es una invención turística, que está puesto aposta, pero aún sabiendo eso, es tan precioso que no importa.
Desde mi punto de vista, un pueblecito de visita obligada para todo el que pase por Barcelona y del que se puede aprender mucho, por ejemplo, cómo se hacen los objetos de cristal. Todos los niños alucinan con su excursión a este pueblo, sobretodo, cuando ven a los artesanos en los enormes hornos con el cristal líquido, al que dan forma para luego enfriar.
Por otra parte, ésta ya no tan infantil, hay mucha fiesta en este pueblo, sobretodo en fin de año.
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Anónimo
La semana de la independencia de Méjico. Hace poco se celebró la semana de la independencia de Méjico en el Pueblo Español. Resulta entrañable que se escoja justamente este recinto, mosaico de la arquitectura española, para celebrar la independencia de un país colonizado por "nosotros". Como era de esperar, la celebración dejó mucho que desear. Demasiado turístico y tópico. Mi amiga Lorna, de Monterrey, me aseguró que nisiquiera todo lo que se vendía en el mercadillo era representativo de Méjico. Supongo que fue un poco como lo que ocurre en las Ramblas de Barcelona con los sombreros mejicanos, que los "guiris" confunden con un símbolo "typical spanish". En cualquier caso, cabe reconocer que la iniciativa de asociaciones mejicanas en colaboración con la gene, permitió que mi amiga, entre otros, dejáse caer alguna lagrimita en recuerdo a su patria querida y compartiese conmigo, entre otros españolitos, un pedacito de su tierra. ¡Porfin pude ver una muestra de lucha libre typical mexxxican!
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Dwarf
La arquitectura típica de la Península, en una hora. En una ocasión, tuve la oportunidad de hojear las páginas de un periódico publicado en 1929, coincidiendo con la segunda Exposición Universal de Barcelona. En uno de sus artículos, un columnista se preguntaba con estupor qué función se le podría dar al Poble Espanyol tras la muestra. "¿Qué será de él cuando todo haya acabado?", decía.
Por fortuna para todos los barceloneses (y para sus siete millones de visitantes anuales), este pequeño y acogedor recinto fue recuperado para el turismo y para otro tipo de actividades relacionadas con el ocio (sin ir más lejos, en su interior funcionan discotecas, restaurantes y tiendas de artesanía).
Por un precio razonable, el Poble Espanyol brinda la oportunidad de conocer algunas muestras de la arquitectura española tradicional (mediante construcciones muy bien logradas). En poco más de una hora, el visitante podrá perderse entre las callejuelas de un barrio andaluz de casas encaladas, visitar un monasterio románico o relajarse en una estupenda plaza porticada.
A pesar de todo, parece que esta propuesta sólo ha calado hondo entre los turistas. Y es que resulta casi imposible oír a dos visitantes intercambiando impresiones en catalán. Ya se sabe: nadie es profeta en su tierra.
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edie
paseando por la montaña. Otra visita obligada dentro de Barcelona para la lista del city-tour. El Poble Espanyol es un lugar digno de ver (y de fotografiar según los turistas). Yo he de reconocer que sólo he ido de día una vez. El resto de noche a tomar copas y bailar (aunque no es que hubiera ningún local dónde pueda decir que me gustase la música) o incluso a festivales de música que se dejaron de celebrar allí hace ahora un par de años gracias al Fórum y sus meses de triste soledad sin pies que lo pisaran. El Poble es un lugar fantástico para ir paseando una tarde, tomar algo allí y disfrutar del entorno y todos sus detalles.