El emblemático escenario del Llantiol lleva décadas brindando oportunidades a todos aquellos artistas que ni se alquilan a la mediatización ni someten su ingenio a la dictadura de las audiencias.
Dicen quienes frecuentan el Llantiol que la excelente salud de la que goza este carismático teatro se debe en parte a su estratégica ubicación . Situado a sólo unos metros de las populares Ramblas, en el corazón del Raval, el Llantiol se alía con un entorno que, históricamente, ha vivido de espaldas a los grandes cambios que han ido transformado desde las calles a las costumbres de la ciudad. Y no siempre para mejorarla. El Raval puede presumir de ser uno de los pocos barrios de Barcelona que anteponen el carácter al diseño, de poseer un espíritu canalla que contagia a los artistas, que saben que en el Llantiol ser políticamente correcto es sólo una elección, y al heterogéneo público que, con su fidelidad, le ha dado cuerda a las constantes vitales de un local como el que, lamentablemente, quedan poquísimos en una ciudad tan grande como Barcelona.
La sensación que suele invadir a quienes visitan por primera vez el Llantiol es la de encontrarse en la respuesta a tanto convencionalismo. En el vestíbulo del Llantiol se expone una colección de fotografías en las que aparecen destacados artistas que en su día pasaron por allí. Juzguen quienes la vean si la mayoría de fotografiados han sido o no creadores con contenido y muchas cosas que decir. Cruzando un corto pasillo se accede a la platea, donde en lugar de un patio de butacas, encontraremos mesas; cuando se acude al Llantiol, no hay que esperar al final de una actuación para refrescar la garganta.
Los que lo visitan por primera vez entienden de pronto que, habiendo estado probablemente en tantos teatros, no se han encontrado nunca envueltos por un encanto como el que desprende el Llantiol.
Noche de carcajadas. Fuimos el sábado pasado a ver un monólogo de Ramón LSD y no paramos de reír. El teatro tiene un gran encanto además porque puedes tomarte una cerveza sentado mientras disfrutas del espectáculo. Lo recomiendo encarecidamente.
Su valoración:
Anónimo
-anónimo alella. Busco a Mongtse ded Vilassar soy una antigua amiga de alella
Su valoración:
nurses
Flagelació de rialles. .Una obra fresca,i divertida sense grans pretencions en el guió, on les relacions i manies de cada personatge són posades a l'extrem, la vida de les notres relacions es rediculitza i les neurosis dels personatges ens fan riure instant rera instant, combinant el teatre directe amb flaix de pantalla àcida.Per anar-lo a veure sents dubte i pasareu una bona estona, i a 2 metres de l'escenari. I això és un missatge per ella ,loca loca loca , la verdad que no me gusta el facebook i enviar mensajes en webs abierta es mucho más excitante !!!(cadascu té les seves manies) ens veiem al divan o no !!! però ens veiem. Los actores genitales, no geniales sobre todo la alba como como me pone, sin desmerecer los otros, a (ella) tu tambien me pones, no te enceles !!!!! felicidades chic@s .No es gasteu els calerons amb psicòleg aneu al Divan més barat i més efectiu. Eso si masticar chicle puede ser contraproducente però molt divertit.17-05-12
Su valoración:
alain
Café y teatro juntos. Dos placeres juntos que puedes disfrutar en el Llantiol. Uno es el placer del café caliente y otro el dé vivir en directo la magia del teatro. Por suerte que descubrí este lugar porque me gusta muchísimo. Además de todo lo citado anteriormente, lo bueno del Llantiol también es que las obras de teatro suelen ser de grupos jóvenes y recién iniciados en este mundo. Mejor así.
Su valoración:
sowhat
De otra década. Entre els Quatre garts y un cabaret, entre bohemio y popular, este bar-teatro no deja nunca indiferente. La verdad es que tiene algo mágico, de otra década, sobretodo cuando hay función. Siempre obras de pequeño formato, de compañías que empiezan o bien teatro amateur, pero siempre con una aura underground, una consciencia de estar haciendo teatro libre, fresco, de la calle, no institucionalizado. Y esto reverbera inevitablemente en el local.
Su valoración:
ringo111
Diferente y especial. A mí me gustan los espacios pequeños y las actuaciones en directo, así que el Llantiol se ajusta a mis espectativas. Fui hace poco a ver a la compañia La Quadra Magica, en la obra Cabaret Pedrolo. Sin ser espectacular, fue una interesante experiencia.
Bravo por el LLantiol y su programación, espero volver a menudo.
Su valoración:
artemisabcn
Para pasar un buen rato. He pasado algunas noches placenteras con mis amigas en este pequeño teatro café donde a menudo el cartel propone espectáculos cómicos bastantes buenos, conciertos de música en vivo u espectáculos de variedades. Además no hay cosa mas linda de ir a teatro y poder tomar una copa mientras estas sentado en “platea” (sillas alrededor de mesas). Fantástico!
Su valoración:
lucaslunar
Usina artística. El Raval puede exhibir orgulloso entres sus muchos pliegues a este gran sala, para teatro, performances y conciertos, que sin moverse de su circuito off logra generar y hacer realidad iniciativas artísticas de gran talla, por sus contenidos algunas, y por la significación que representa la concreción de un proyecto independiente. Por otra parte, tiene un indudable encanto como espacio físico, y eso también ayuda a la generación de todas estas vitales movidas expresivas.
Su valoración:
Mateos
Un teatro discreto. Conocido por los amantes del teatro no comercial, el Café Llantiol te puede ofrecer obras de lo más entretenidas y a un nivél muy alto. Es ciero que te será dificil encontrar actores o directores famosos, pero no imposible. Pequeño pero acogedor, con todo lo necesario para disfrutar de una buena sesión de drama con un bar para picotear o beber algo mientras sigues con la obra.
Su valoración:
Anónimo
Teatro en familia. Más que acogedor es este pequeño teatro alternativo.
Como dice su nombre, es una mezcla de bar y teatro. Vamos, un bar con un escenario en el que se presentan obras de pequeño formato de compañías poco conocidas.
Si no me equivoco, el bar sólo abre cuando hay espectáculo, y la verdad es que es un gusto poder tomar una cerveza o lo que sea mientras ves una obra de teatro.
Cuando fui la entrada valía 12 €, por lo que es un poco arriesgado si no sabes más o menos lo que vas a ver.
En mi caso valió la pena, ya que un grupo de alumnos del Col·legi del Teatre presentaban esketches de Karl Valentín.
La mejor ocasion para brindar por el humor absurdo.
