El restaurante Rogelio León está situado en la zona de Buhaira. Sin duda una buena opción para comer ya sea de tapas o platos fuertes. Con una sintonía en su decoración acorde con los platos que elaboran, cuenta con un estilo clásico, muy andaluz en formas y figuras, donde lo taurino coge gran importancia. Paredes blancas de las que resaltan variedad de cuadros, en un salón acogedor de pequeñas mesas vestidas de blanco y negro, un poco de toque rustico mezclado con líneas clásicas del mediterráneo más andaluz.
En cuanto al tema de la cocina, abordan un amplio abanico de productos, todos ellos de temporada, frescos y que saben combinar para hacer llegar al comensal lo mejor de cada ingrediente, consiguiendo que cada día más, este restaurante vaya de boca en boca por las calles de la ciudad. Especialidades magnificas preparan en Rogelio León, como son su buey o cordero, con respectiva guarnición y acompañado de pan. También disponen de variedad de entrantes, así como una carta de vinos para acompañar cada manjar degustado, entre los que destacan las Denominaciones de Origen de Ribera y los Riojas, sin dejar de lado la conocida Manzanilla de Sanlúcar o un Fino.
Idóneo para comidas o cenas de empresas, familiares o con amigos, por su trato cercano y ambiente agradable.
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6 comentarios
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Arak
Comer. Nos encanto tipica comida ANdaluza con sus comidas de puchero espectacular
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Anónimo
Muy Bien. Genial el sitio, se come de vicio y son muy ambles q mas se puede pedir
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Anónimo
Migel A. Sarria Gallardo. El pasado sábado 30 de julio 2011 acudimos 4 personas a cnar y pedimos unos entrantes: croquetas de la casa (masa dura e insípida con algunos tropezones de no se qué), media ración de queso (9, 25 € y entran 5 cunitas finas, sale el kilo a más de 200 €) y media de jamón ( como no somos clientes habituales en lugar de ir en lonchas iban muchos recortes de los sitios donde no se debe presentar un jamón a esos precios). Después de semejante tomadura de pelo nos levantamos y después de pagar nos marchamos sin cenar
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Maraviper
Una taberna de las de toda la vida . Entras por la puerta, que más bien parece la de un chalet de Chipiona (no sé porqué me transmite esa impresión, lo siento), y ya sientes el olor de la calidad, de la buena comida y de los ricos vinos. Por dentro es una taberna muy tradicioanl, repleta de motivos de cerámica y de aperos del campo. En función de lo que pidas el precio se puede elevar un poco más que en otros sitios de tapas de la zona, pero la comida es buena. Eso sí hay que ir con calma, porque suelen tardar. Recomiendo las croquetas y los revueltos.
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Anaraida
Calidad Calidad y más Calidad. El sitio es normal y corriente, vamos. Un restaurante - bar al que todos vamos de vez en cuando.
Pero en cualquier sitio no te dan de comer como allí. ESTUPENDO!!!!
Los camareros son una maravilla! Todos super amables, pendientes de ti en cada momento y aconsejándote para elegir algo del menú.
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karakorum
Buena comida, servicio pesimo. Hola.
Fuimos a comer el pasado viernes 2 de mayo a este restaurante dos personas, mi novia y yo. Y la impresión general ha sido mala. La comida buena, pero el servicio muy malo. Lo que podia ser un buen restaurante no pasa de ser corriente, por no decir malo.
Teniamos reserva, cuando llegamos al restaurante no habia mucha gente, vamos, que no estaban agobiados, nos sentamos a la mesa, y rapidamente nos traen la carta, sin más, sin darnos ninguna observación ni recomendacion, nos disponemos a pedir 3 entradas para compartir y dos segundos. Nuestra elección fue, de primero salmorejo, coquinas y revuelto de sesos, y de segundo, delicia iberica y brocheta de solomillo iberico.
Cuando viene el camarero a tomar nota y pedimos nos dice que no hay ni coquinas, ni sesos, ni delicia iberica, perfecto, de 5 platos no hay tres, vaya punteria. Yo comprendo que en un restaurante, y mas en puentes como este, se pueden terminar la materia prima, pero lo primero que debe hacer un camarero competente es avisarte cuando te da la carta de los productos que no tienen, y tal vez darte alguna sugerencia, pero nada, así que cambiamos las coquinas por almejas y dejamos solo de primero eso con el salmorejo, de segundo, la brocheta y entrecot de buey, que estaba rico, pero sin más, despues de acabar el segundo plato, nos fumamos un cigarrito, y se acabó, esperamos un buen rato y el camarero ni se acercó a pedirnos el postre, ni café ni copa, ni nada, esperamos 20 minutos y el tio de brazos cruzados como si nada, así que pedimos la cuenta, nos la trajo sin ofrecernos los postres, cafés y demás, nos levantamos y nos fuimos, evidentemente la propina fue nula, al camarero (por llamarlo de alguna manera, por que de profesional no tenia nada) encima no le debió parecer bien que con cara de rana se marchó y ni despedida ni gracias ni nada.
En fín, un restaurante al que no volveré por el servicio y no recomendaré na nadie.
